Inventada en el siglo XVIII por el francés Claude Louis Berthollet, la lejía toma su nombre del antiguo pueblo de Javel, cerca de París (hoy parte del distrito 15).
La lejía se desarrolló originalmente para ayudar a blanquear la ropa. Fue adoptada por las lavanderas, que la consideraron un producto milagroso.
Su éxito fue rápido, pero sólo más tarde se le descubrieron otras propiedades. En el siglo XIX, se utilizó ampliamente como desinfectante y para tratar el agua potable.
Hoy en día, la lejía se presenta en forma líquida (botellas) o sólida (pastillas), y es el producto de primera categoría de Eurotab desde 1957.
El cloro es un elemento químico, mientras que la lejía es un producto químico que contiene átomos de cloro.
En términos químicos, utilizamos dicloroisocianurato sódico (o DCCNa) en nuestras fórmulas de cloro: se trata, por tanto, de una molécula química que contiene átomos de cloro. La lejía, por su parte, es una solución que contiene hipoclorito de sodio (Na+ ClO-): también contiene átomos de cloro, presentes en forma de ion hipocloroso ClO-, responsable del poder blanqueador.
De hecho, en presencia de agua, el DCCNa se hidroliza y libera una molécula de ácido hipocloroso (HClO), responsable de la desinfección. En función del pH, un equilibrio ácido-base convierte la especie química HClO en el ion hipoclorito ClO-.
Esta es la razón por la que la lejía se ha utilizado históricamente por su poder blanqueador (especies ClO- en solución), mientras que el cloro se utiliza por su poder desinfectante (especies HClO liberadas cuando el DCCNa entra en contacto con el agua a pH ácido).
En resumen, la lejía es más eficaz para blanquear, mientras que el cloro en forma de DCCNa es preferible para desinfectar.
Las pastillas de lejía se fabrican a partir de un polvo concentrado compactado que contiene dicloroisocianurato sódico (o DCCNa). El DCCNa es una sustancia activa biocida, también conocida como cloro.
Es un potente desinfectante que mata todas las bacterias, virus y hongos, según las normas europeas:
MATA LAS BACTERIAS
(EN 1276: bactericida en suspensión)
MATA LOS VIRUS
(EN 14476, virucida de superficie)
MATA LOS HONGOS
(EN 13697: fungicida bactericida de superficie)
Las pastillas de DCCNa son estables durante al menos 2 años y no pierden cloro activo con el tiempo, en comparación con la lejía líquida (3 meses).
Las pastillas de lejía se utilizan para blanquear, manchar, desodorizar y desinfectar suelos, superficies, ropa blanca, aseos, utensilios de cocina, baños, cubos de basura, excrementos de mascotas y mucho más.
(1) Depende de la fórmula
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Sí, cuando se utiliza en las dosis correctas, las pastillas de lejía son eficaces para matar el virus.
De acuerdo con las directrices de las autoridades sanitarias internacionales, he aquí nuestras recomendaciones para desinfectar con eficacia suelos y superficies:
1. Previamente, limpie la superficie a tratar con agua con jabón o con su detergente habitual;
2. Disuelve 1 pastilla de lejía en 20 litros de agua a 20°C;
3. Una vez diluida, aplique la solución desinfectante a la superficie o friegue el suelo;
4. Deje actuar durante 5 minutos y aclare con agua limpia;
5. Lávese las manos después de cada uso;
La solución debe repetirse cada 3 días para destruir el virus de la Covid-19 y limitar su propagación.
La lejía es adecuada para desinfectar superficies inertes. No se recomienda aplicarla en las manos, el cuerpo o los animales. No mezcle nunca la lejía con ninguna otra sustancia activa, en particular productos antical o desatascadores.